miércoles, noviembre 05, 2008

La alegría de los muertos




Fue tan sólo un momento, casi un instante, pero suficiente para contarlo. La noche del sábado primero de noviembre pasado, entre el olor del incienso y calaveras de cartón, un centenar de personas, mexicanos, catalanes y de muchas otras partes del mundo, se reunieron en la Casa de la Solidaritat de Barcelona con el único fin de festejar a sus muertos.

Este año las corrupciones políticas se han quedado pequeñas ante la violencia que vive nuestro país. Por desgracia, hoy más que nunca en nuestra historia, México se ha convertido en uno de los principales productores de violencia, odio y muerte, y los culpables no son sólo los que jalan del gatillo.

Cada semana hay un tiroteo en algún lugar de la República y muchos son los días en que amanecen personas ejecutadas. Por este motivo el altar de Día de Muertos de este año estuvo dedicado a todas las personas víctimas de la violencia. Y al altar no le faltaba nada, había pan de muerto, dulces, atole, chocolates, bebidas espirituosas, todo para que los muertos cruzaran el océano y se dieran un festín.

Durante aquella noche hubo de todo. Una procesión por la Rambla del Raval para que la gente supiera que los muertos también tienen sus fiestas. En la Casa de la Solidaridad hubo música dedicada a los que ya se fueron, también hubo Calaveras para ellos y tamales para los vivos, siempre de la mano del buen Ik.

La noche se fue yendo en medio de la oscuridad apenas iluminada por el resplandor de Macario de Roberto Gavaldón e interpretada por Ignacio López Tarso.

Los muertos tuvieron su fiesta y los vivos la disfrutamos con la alegría de saber que sea como sea, la repetiremos el próximo año.





las fotos vienen despues....