domingo, marzo 11, 2007

Denuncia de agresiones

A continuación hacemos pública una carta elaborada por unas compañeras en respuesta a las agresiones sufridas por una mexicana en Madrid a manos de un grupo de neonazis. Más abajo, la nota original acerca del asunto publicada en el diario La Jornada.


5 de marzo del 2007

A las distintas autoridades españolas, organizaciones civiles y sociales, personas solidarias y comprometidas:

Como mexicanas y mexicanos residiendo en España, locales, nacionales, internacionales, etc., manifestamos nuestro absoluto rechazo e indignación por los hechos acontecidos el pasado viernes 23 de febrero; en la ciudad de Madrid, en la que un grupo de siete jóvenes neonazis (una chica y seis chicos) agredieron a dos jóvenes; una de ellas originaria de México y la otra de Norteamérica. Siendo la primera agredida al grado de destrozarle la mandíbula, propinándole varios golpes en el rostro; como consecuencia se le practicó una cirugía de urgencia. Posteriormente, la joven realizó una denuncia ante la policía, misma que limitó su respuesta y evidente indiferencia realizando comentarios en los que atribuían la agresión a la presencia masiva de sudamericanos.

En vista de lo anterior pedimos que el acto no quede impune, demandando respuesta, reparación y castigo a los culpables. Así también, exigimos al gobierno español a que esta clase de agresiones y amenazas contra cualquier inmigrante latinoamericano, africano o de cualquier otra procedencia no sea indiferente y cesen. Sin lugar a dudas, no solamente estos jóvenes son responsables de dicha acción, son tan sólo una de las tantas formas en las que se permite entrever una evidente violencia estructural de fondo debido a la carencia de políticas que protejan y garanticen plenas libertades, oportunidades y derechos a las y los ciudadanos no locales. Se utiliza con frecuencia el discurso de “invitación” a las y los inmigrantes a que se adapten al lugar de arribo; pero que hay de la inexistencia sobre programas de sensibilización para que la comunidad local acepte a las y los nuevos miembros, los cuáles, también enriquecen cultural y materialmente; entre otros muchos beneficios que ofrece su presencia en el país.

Lucero Mendizábal (México), Aída Ortega (México), María Matu (México), Laura Badillo Ramírez Ruta Pacífica de Mujeres (Colombia), Ana Mendoza (Colombia), Arianna Vindici (Italia), Ateneu Candela (Terrasa), José Carbonell (México), Reies Font Ballbél (Catalunya), Arturo Landeros (México), Dafni Skalidou (Grecia), Colectivo Papeles para todas y todos (Barcelona), León Arellano Lechuga (México), Amarela Varela (México), Iban Seguer (Catalunya), Asamblea por la Regularización sin condiciones (Barcelona), Maria F. Moscoso, Alicia Calderón Torres (Mexicana) UCM,
José Ignacio Penagos (Colombiano) UCM, Marian Bardal (España), Pedro Garzón López, Arturo Marcial Padrón Hernández (México), Melina Hernández Sosa (México), Roger Rovira Pineda (Catalunya), Carolina Tabares Mendoza, Enrique Díaz Alvárez (México), M. Cristina Carrillo (Ecuador), Rocío Sánchez Ajamil, Gema Fernández Rodríguez de Liévana, Adriana Montoya Montes, Elisa Figueroa Bernal, Luis Carlos Mataloto Falé, Lilian del Valle, Amanda Hernández, Gracia Ribas Vargas, Alpha Martell, Gerard Lleonart López (Catalunya), Alejandrina Leal, Ascención Sarmiento (México), Elisa Ortega, Luis Serra, Ruth Orozco (México), Marisol Reyna (México), Pamela España, Gustavo Madrid, Judith Pérez Velázquez, Luz María Pech Zumárraga, Aleida Hidalgo, Juncia Avilés, Martín Plascencia González, Gabriela de la Torre, Amanda Pérez, Jimena Ramírez, José Miguel Tomasena (México), Gina Chacón, Sonia Martínez Gallegos (México), José Luis Victorio Cervantes, Gabriela Morales (México), Loreto Saavedra Sánchez, Luis González Reyes (Ecologistas en Acción), Daniel Vera, Paula Laverde, Paulina Monforte Herrero, Rodrigo, A. Llanes, Alessandra Hernández da Acosta (Brasil), Aldo González Rojas (México), Tania Ramos Gil, Asociación Nor Sud (Barcelona), Inés García Trelles, Sergio Alatorre, Josue Ruiz Medina, Alba Olivares Heredia, Laura Tirado, Luis E. Carvajal, Nadia Jamard Alfonso, Nallieli Hernández, Natalia Lagunas, Carolina Arcila Calderón (Venezuela), Catalina Fresneda Fuentes (Colombia), Adolfo Espinoza de los Monteros Rodríguez, Yolanda Carolina Garza, Medhin Tewolde (México), Ruth Orozco, Roxana Rivera, Mia Inglada Güell, María Martín, Alfonso Colorado, Baldemar Mendoza Jiménez, Vanessa Córdova, Manuel Ramírez Aldrete, Andrea González, Fernando Paniagua de Paz, Daniel Reyez Lara (México), Homero Galán Benítez, César Iván Reyes, Víctor Hernández Ramírez, Sayani Mozka Estrada, Brandilee Denell, Luis E: Carvajal, Eria Leticia Bojórquez Gómez, Carlos Adriel S. Arroyo, Genoveva Roldán Dávila, Belinda Bernal, Vanesa Cordoba, Cecilia Rodríguez, Diego Cilosorio.




Denuncia pasividad y racismo de la policía local

Neonazis españoles atacan a mexicana en Madrid

Agentes hispanos culpan de la agresión a sudamericanos
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 2 de marzo. Una mexicana de 25 años, profesionista y con un empleo formal en España, fue víctima el pasado viernes 23 de febrero de un ataque de un grupo de presuntos neonazis españoles, que le destrozaron la mandíbula y la obligaron a someterse a una cirugía de urgencia. Todavía asustada por la agresión y con la loza de llevar un aparato especial para curar la fractura de su cara, la mexicana -que prefirió guardar el anonimato- señaló que se siente víctima de una doble agresión: la del grupo de extrema derecha, que la atacó sin motivos, y de la policía española, que la trató con desdén.
La joven vive en Madrid desde hace año y medio. A su llegada a este país inició los estudios de una maestría en relaciones internacionales y actualmente trabaja en una fundación, para la que elabora los contenidos de su página de Internet. Su vida, según contó a La Jornada, es la de cualquier chica de su edad: trabaja de lunes a viernes, no se mete en problemas y los fines de semana sale a divertirse con sus amigas.
Precisamente el viernes de la agresión iba con una amiga estadunidense cuando, alrededor de las 10:30 de la noche, se dirigieron a la salida del metro Santiago Bernabeu, en el norte de la ciudad.
"Ibamos subiendo las escaleras eléctricas cuando vimos a un grupo de unos seis hombres y una mujer, de entre 18 y 20 años, con el pelo muy corto y con ropa como de militar. Uno me preguntó si teníamos cocaína. Le dije a mi amiga que nos les hiciera caso y que siguiera caminando, pero nos empezaron a tirar cosas. Me indigné y les pregunté que cuál era el problema. Pero creo que ni siquiera logré terminar la frase cuando sentí un golpe en la cara, que me dio la chica. Inmediatamente uno de los chicos me dio dos golpes más en la cara, que fueron los que fracturaron la mandíbula", narró la profesionista visiblemente afectada.
Turbada y con la ropa ensangrentada, llegó como pudo a la salida del metro e inmediatamente recibió el auxilio de unas personas, quienes llamaron al servicio sanitario. A los 20 minutos llegó una ambulancia, que la encontró con la boca ensangrentada y la mandíbula descolocada; a pesar de eso, se limitaron a ponerle una gasita en la barba y le recomendaron acudir al hospital en las próximas ocho horas.
"Imagínate que mi chamarra era blanca y estaba absolutamente roja. Y ni así me llevaron al hospital, pero lo peor fue la policía, que se limitó a pedirme la descripción de los atacantes y me dijeron que lo sentían mucho, pero que esta zona de Madrid es así y que esas cosas suceden todos los días", contó.
Un amigo de la joven la llevó al hospital de La Paz, donde los responsables sanitarios decidieron practicarle una cirugía de urgencia, ante el riesgo de que la fractura no se pudiera corregir en el futuro.
La joven se decidió a denunciar los hechos cuando, días después del ataque, sufrió otra agresión, en este caso por la policía española, que le respondió con evasivas e incluso intentaron responsabilizar del ataque a la presencia masiva de "sudamericanos", como llaman despectivamente a los migrantes latinoamericanos. "El que me tomó la declaración me dijo que no podía poner nada contra la actuación de sus compañeros, pero lo peor es que me dijo que esa zona era muy peligrosa porque había muchos sudamericanos. Mientras yo le insistía que los que me habían agredido eran españoles y que todo el mundo sabe que por ahí se juntan los neonazis, el policía me repitió hasta tres veces que el problema es por los sudamericanos. Es indignante, pues yo soy mexicana", narró.
La joven está a la espera de que le llame la policía española para identificar a los agresores, pero no ha sido citada. Mientras, tendrá que llevar un aparato que le sostenga la mandíbula durante seis semanas, tendrá que volver al hospital de forma periódica para evaluarle la herida y, lo más grave, vive atemoriza por la agresión del grupo extremista e indignada por el trato recibido por los agentes de seguridad.
NOTA ORIGINAL EN LA JORNADA