Armamos sobre la pared dos paneles de tarjetas, juntándolas unas seguidas de otras para hacer una superficie más o menos grande. En el primer panel se realizó un mural colectivo con pinturas acrílicas y en el segundo panel se utilizó la expresión escrita. La actividad fue únicamente guiada un poco con música de fondo, pero predominando la libertad creativa, Al separar las tarjetas, quedaron postales coloridas de un lado y por el reverso pegamos los textos que fueron en un tono muy emotivo.
La experiencia fue muy interesante, porque al inicio la gente se encontraba en un estado de ánimo triste, de enojo e impotencia, que conforme se fue trabajando se modificó hacia una actitud positiva. Quedó implícito el mensaje motivante de la posibilidad de actuación directa ante una situación injusta, desde donde estamos, con lo que podemos.
Invitamos a repetir esta experiencia solidaria desde otros lugares del mundo.


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